He jugado rol con actores y he visto a jugadores de rol actuar, así que créanme cuando les digo que una cosa no es la otra. Actuar y rolear no es lo mismo.
En uno de mis libros de rol favoritos, el Dungeon Master's Guide II, se analiza al jugador de rol de manera psicológica. Parecido a como en Magic: the Gathering existen tres tipos básicos de jugadores (el Johnny, el Timmy y el Spike) según la manera en que disfrutan de su juego preferido, en Calabozos & Dragones o cualquier juego de rol en general, existen diferentes formas de jugar y ninguna de ellas es la correcta, esto es lo que el DMGII llama estilos de juego.
Acumular tesoros, patear traseros, inventar planes brillantes, resolver acertijos, jugar al personaje de siempre, verse supercool, avanzar la historia, explorar el mundo, psicodrama, romper las reglas, ser raro o echarse los toros desde la barrera. Esos son solo los estilos que se mencionan en este libro, pero Pelor sabe que hay más. Los juegos de rol son suficientemente amplios en concepto y forma como para que incluya todo esto y más. ¿Por qué limitarse?
¿Hay estilos que no calzan con su estilo de dirigir una partida, su historia, su personalidad o lo que sea? Está bien. No estoy diciendo que tiene que aceptar a cualquier tipo de jugador en su mesa. Estoy diciendo que el juego como tal sí lo hace. No a todos los jugadores les divierte actuar una escena de intriga palabra por palabra, incluso algunos son incapaces de decirle al vendedor "¿Me da un anillo de protección +1 por favor?". Hay quienes tienen que decirle al GM "Le digo al vendedor que me de el anillo o lo mato". Y eso está bien. Déjenme repetirlo: eso está bien. Es algo satanizado en el mundo de los juegos de rol pero no debería serlo. ¿El jugador se interesa por la historia, por su personaje, es inquisitivo, participa, llega a las sesiones incluso? Es un buen jugador. ¿No puede hablar en primera persona? Deje en paz al malnacido. ¿Es usted un GM incapaz de jugar con alguien así? Está bien, mándelo a volar que en otras campañas estará mejor.
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