Con el advenimiento inminente de Terminator: Genesis en el mes de julio, pensé en hacer una reseña de la película que la precede.
Lo primero que notamos en Salvation es el reparto: Christian Bale como John Connor, Bryce Dallas Howard, Helena Bonham Carter y el nombre Arnold Schwarzenegger nunca aparece. ¿Cuál película era esta, otra vez?
Parece difícil creer que pueda tener algo que ver con Terminator, con esos actores. Después de unas imágenes que nos recuerdan lo que estamos viendo, se nos muetra un texto que resume la primera y segunda película y nos sitúa en una línea de tiempo alternativa en la que el Día del Juicio sí ocurrió (la línea de tiempo original). Básicamente, se puede decir que cronológicamente Salvation está antes que The Terminator.
Motos, escenas de "toma el volante", automóviles chocando, explosiones, sip, es Terminator. Hablando de explosiones, la saga de Terminator siempre ha sido buena exagerando explosiones sin sentido, algo que se subvierte en esta película, donde dispararle a un tanque lleno de combustible (muchísimo menos era necesario para una explosión de dos cuadras en las películas anteriores) tiene un efecto completamente realista: un hoyo. Los personajes tienen que utilizar otros medios para poder propiciar el gran boom. En cualquier otra película sería digno de alabarse, pero en Terminator, el universo ya es así, altamente explosivo, cambiar las reglas del juego (o leyes de la física, como quieran ponerlo) a estas alturas es contradictorio y confuso. En Terminator esperamos que las cosas exploten, no esperamos realismo.
Las escenas holywoodenses hunden más la película y luego sabemos que Skynet quiere matar a Kyle Reese, lo que no tiene sentido y una vez más es un cambio de reglas muy tarde en el juego. Skynet va al pasado para evitar el futuro, ese es su modus operandi. Skynet no mata a alguien en el presente para evitar el pasado. ¿Qué pasa si Kyle Reese muere? Absolutamente nada. John Connor no va a empezar a desaparecer ni la foto de Sarah Connor va a empezar a desvanecerse. Esto no es Back to the Future, el tiempo no funciona de esa manera en este universo. En Terminator, las cosas que pasaron, pasaron. El futuro es el foco de concentración.
No obstante, el objetivo principal para Skynet, según podemos ver en uno de los T-600, es John Connor. Este pequeño detalle que dura solo unos segundos bien podría redimir todos los peros del párrafo anterior porque, a pesar de que la película se centre en que Skynet va tras Reese, al final vemos que Connor es el objetivo, lo que tiene mucho más sentido. Skynet pudo utilizar a Reese solo como señuelo para atraer a Connor.
Al fin y al cabo es una película que vale la pena ver. Llena ese vacío de qué fue lo que pasó antes de The Terminator y tiene alguna que otra sorpresa.
Lo primero que notamos en Salvation es el reparto: Christian Bale como John Connor, Bryce Dallas Howard, Helena Bonham Carter y el nombre Arnold Schwarzenegger nunca aparece. ¿Cuál película era esta, otra vez?
Parece difícil creer que pueda tener algo que ver con Terminator, con esos actores. Después de unas imágenes que nos recuerdan lo que estamos viendo, se nos muetra un texto que resume la primera y segunda película y nos sitúa en una línea de tiempo alternativa en la que el Día del Juicio sí ocurrió (la línea de tiempo original). Básicamente, se puede decir que cronológicamente Salvation está antes que The Terminator.
Motos, escenas de "toma el volante", automóviles chocando, explosiones, sip, es Terminator. Hablando de explosiones, la saga de Terminator siempre ha sido buena exagerando explosiones sin sentido, algo que se subvierte en esta película, donde dispararle a un tanque lleno de combustible (muchísimo menos era necesario para una explosión de dos cuadras en las películas anteriores) tiene un efecto completamente realista: un hoyo. Los personajes tienen que utilizar otros medios para poder propiciar el gran boom. En cualquier otra película sería digno de alabarse, pero en Terminator, el universo ya es así, altamente explosivo, cambiar las reglas del juego (o leyes de la física, como quieran ponerlo) a estas alturas es contradictorio y confuso. En Terminator esperamos que las cosas exploten, no esperamos realismo.
Las escenas holywoodenses hunden más la película y luego sabemos que Skynet quiere matar a Kyle Reese, lo que no tiene sentido y una vez más es un cambio de reglas muy tarde en el juego. Skynet va al pasado para evitar el futuro, ese es su modus operandi. Skynet no mata a alguien en el presente para evitar el pasado. ¿Qué pasa si Kyle Reese muere? Absolutamente nada. John Connor no va a empezar a desaparecer ni la foto de Sarah Connor va a empezar a desvanecerse. Esto no es Back to the Future, el tiempo no funciona de esa manera en este universo. En Terminator, las cosas que pasaron, pasaron. El futuro es el foco de concentración.
No obstante, el objetivo principal para Skynet, según podemos ver en uno de los T-600, es John Connor. Este pequeño detalle que dura solo unos segundos bien podría redimir todos los peros del párrafo anterior porque, a pesar de que la película se centre en que Skynet va tras Reese, al final vemos que Connor es el objetivo, lo que tiene mucho más sentido. Skynet pudo utilizar a Reese solo como señuelo para atraer a Connor.
Al fin y al cabo es una película que vale la pena ver. Llena ese vacío de qué fue lo que pasó antes de The Terminator y tiene alguna que otra sorpresa.
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